EXHORTACIÓN APOSTÓLICA DE SU SANTIDAD PABLO VI "EVANGELII
NUNTIANDI" AL EPISCOPADO, AL CLERO Y A LOS FIELES DE TODA LA IGLESIA ACERCA DE LA EVANGELIZACIÓN
EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO.
4. —¿Qué
eficacia tiene en nuestros días la energía escondida de la Buena Nueva, capaz
de sacudir profundamente la conciencia del hombre?
—¿Hasta dónde y cómo esta fuerza evangélica
puede transformar verdaderamente al hombre de hoy?
—¿Con qué métodos hay que proclamar el
Evangelio para que su poder sea eficaz?
1 DEL CRISTO EVANGELIZADOR A LA IGLESIA EVANGELIZADORA
7. Jesús
mismo, Evangelio de Dios (15), ha sido el primero y el más grande
evangelizador. Lo ha sido hasta el final, hasta la perfección, hasta el
sacrificio de su existencia terrena.
8.
Cristo, anuncia el reino de Dios, tan importante que, en relación a él, todo se
convierte en "lo demás", que es dado por añadidura (16).
9.
Como núcleo y centro de su Buena Nueva, Jesús anuncia la salvación, liberación
del pecado y del maligno, dentro de la alegría de conocer a Dios y de ser
conocido por El, de entregarse a El.
10.
Este reino y esta salvación cada uno
debe conquistarlos con la fuerza (24). Pero, ante todo, cada uno lo consigue
mediante un total cambio interior, una transformación profunda de la mente y
del corazón (25).
13.
Quienes acogen la Buena Nueva, se reúnen
pues para buscar juntos el reino, construirlo, vivirlo. Ellos constituyen una
comunidad que es a la vez evangelizadora. La orden dada a los Doce: "Id y proclamad
la Buena Nueva", vale para todos los cristianos.
14.
(35) La Iglesia existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser
canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el
sacrificio de Cristo en la santa Misa, memorial de su muerte y resurrección
gloriosa.
16 no
sin dolor podemos encontrar personas, en realidad desorientadas en su espíritu,
que aspiran a amar a Cristo pero sin la Iglesia, escuchar a Cristo pero no a la
Iglesia, estar en Cristo pero al margen de la Iglesia. "el que a vosotros
desecha, a mí me desecha" (44). ¿Cómo va a ser posible amar a Cristo sin
amar a la Iglesia, si Cristo mismo "amó a la Iglesia y se entregó por
ella"? (45)
2 ¿QUÉ ES EVANGELIZAR?
18.
Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a todos los
ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar
a la misma humanidad (46). Pero la verdad es que no hay humanidad nueva si no
hay en primer lugar hombres nuevos con la novedad del bautismo (47) y de la
vida según el Evangelio (48).
20 lo
que importa es evangelizar —no de una manera decorativa, como un barniz
superficial, sino de manera vital, en profundidad y hasta sus mismas raíces— la
cultura y las culturas del hombre en el sentido rico y amplio que tienen sus
términos en la Gaudium et spes (50)
La
ruptura entre Evangelio y cultura es sin duda alguna el drama de nuestro
tiempo, como lo fue también en otras épocas. Pero el encuentro Evangelio-culturano
se llevará a cabo si la Buena Nueva no es proclamada.
21.
Mediante el testimonio. ¿Por qué son así? ¿Por qué viven de esa manera? ¿Qué es
o quién es el que los inspira? ¿Por qué están con nosotros? Pues bien, este
testimonio constituye ya de por sí una proclamación silenciosa, pero también
muy clara y eficaz, de la Buena Nueva.
22.
esclarecido, justificado —lo que Pedro llamaba dar "razón de vuestra
esperanza" (52)—, explicitado por un anuncio del nombre, la doctrina, la
vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret Hijo de Dios.
La historia de la Iglesia, a partir del
discurso de Pedro en la mañana de Pentecostés, se entremezcla y se confunde con
la historia de este anuncio. Este
anuncio —kerygma, predicación o catequesis— adquiere un puesto tan importante
en la evangelización que con frecuencia es en realidad sinónimo. Sin embargo, no
pasa de ser un aspecto.
23.
El anuncio, cuando es aceptado, provoca en el oyente una adhesión al programa
de vida que él propone. Tal adhesion se revela concretamente por medio de una
entrada visible, en una comunidad de fieles: la Iglesia(53).
24.
Finalmente, el que ha sido evangelizado evangeliza a su vez. He ahí la prueba
de la verdad, la piedra de toque de la evangelización: es impensable que un
hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al reino sin convertirse en
alguien que a su vez da testimonio y anuncia.
3. CONTENIDO DE LA EVANGELIZACIÓN
25.
Contenido esencial, una substancia viva, que no se puede modificar ni pasar por
alto sin desnaturalizar gravemente la evangelización misma.
26.
Un testimonio del amor del Padre revelado por Jesucristo mediante el Espíritu
Santo: es Padre. "Nosotros somos llamados hijos de Dios, y en verdad lo
somos" (56) y, por tanto, somos hermanos los unos de los otros, en Dios.
27.
Centro del mensaje: la salvación en Jesucristo Hijo de Dios hecho hombre, muerto
y resucitado(57). Salvación trascendente, escatológica, que comienza en esta vida, pero se cumple en la eternidad.
28.
Bajo el signo de la esperanza: Es un anuncio profético de un más allá, en continuidad
y discontinuidad a la vez con la situación presente: más allá del tiempo y de
la historia. Todos llamados.
Es
predicación del misterio del mal y de la búsqueda activa del bien, búsqueda del mismo Dios a través de la
oración, de la Iglesia de Jesucristo y los sacramentos.
Porque
la totalidad de la evangelización, aparte de la predicación del mensaje,
consiste en implantar la Iglesia, la cual no existe sin este respiro de la vida
sacramental culminante en la Eucaristía (59).
Un
mensaje que afecta a toda la vida
29. La evangelización pone en dialogo el
Evangelio y la vida concreta, personal y social, del hombre. (sobre los
derechos y deberes de toda persona humana, sobre la vida familiar (60), sobre
la vida comunitaria de la sociedad, sobre la vida internacional, la paz, la
justicia, el desarrollo).
Un
mensaje de liberación
Estar
con los pueblos en la lucha por superar todo aquello que los condena a quedar
al margen de la vida: hambres, enfermedades crónicas, analfabetismo,
depauperación, injusticia en las relaciones internacionales y, especialmente,
en los intercambios comerciales, situaciones de neocolonialismo económico y
cultural, a veces tan cruel como el político, etc.
La
Iglesia, tiene el deber de anunciar la liberación de millones de seres humanos,
el deber de ayudar a que nazca esta liberación, de dar testimonio de la misma,
de hacer que sea total.
33. Acerca de la liberación que la
evangelización anuncia y se esfuerza por poner en práctica, hay que decir:
—no puede reducirse a la simple y estrecha
dimensión económica, política, social o cultural, sino que debe abarcar al
hombre entero, en todas sus dimensiones, incluida su apertura al Absoluto, que
es Dios;
—va por tanto unida a una cierta concepción
del hombre, a un antropología que no puede nunca sacrificarse a las exigencias
de una estrategia cualquiera, de una praxis o de un éxito a corto plazo.
—...
centrada en el reino de Dios... rechaza la substitución del anuncio del reino
por la proclamación de las liberaciones humanas, y proclama también que su
contribución a la liberación no sería completa si descuidara anunciar la
salvación en Jesucristo.
— 35
... en una visión evangélica del hombre... no toda noción de liberación es
necesariamente coherente y compatible con una visión evangélica del hombre, de
las cosas y de los acontecimientos; no es suficiente instaurar la liberación,
crear el bienestar y el desarrollo para que llegue el reino de Dios.
—36
... exige una necesaria conversion… a
estructuras más humanas, más justas, más respetuosas de los derechos de la
persona, menos opresivas y menos avasalladoras; aun las mejores estructuras,
los sistemas más idealizados se convierten pronto en inhumanos si las
inclinaciones inhumanas del hombre no son saneadas si no hay una conversión de
corazón y de mente por parte de quienes viven en esas estructuras o las rigen.
4. MEDIOS DE EVANGELIZACIÓN
41.
El primer medio de evangelización consiste en un testimonio de vida entregada a
Dios y a la vez consagrada al prójimo con un celo sin límites. "El hombre
contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que
enseñan"(68).
42.
La predicación: "Pero ¿cómo invocarán a Aquel en quien no han creído? Y,
¿cómo creerán sin haber oído de El? Y ¿cómo oirán si nadie les predica?...
Luego, la fe viene de la audición, y la audición, por la palabra de
Cristo" (69).
La
palabra permanece siempre actual, sobre todo cuando va acompañada del poder de
Dios (70). Por esto conserva también su actualidad el axioma de San Pablo:
"la fe viene de la audición" (71), es decir, es la Palabra oída la
que invita a creer.
Liturgia
de la Palabra, La enseñanza catequética, Utilización de los medios de
comunicación social Contacto personal indispensable los sacramentos
Religiosidad
Popular ( expresiones particulares de búsqueda de Dios y de la fe)
6. AGENTES DE LA EVANGELIZACIÓN
¿Quién
tiene, pues, la misión de evangelizar?
59.
"Incumbe a la Iglesia por mandato divino ir por todo el mundo y anunciar
el Evangelio a toda creatura" (82). Y en otro texto afirma: "La
Iglesia entera es misionera, la obra de evangelización es un deber fundamental
del pueblo de Dios" (83).
Primera:
evangelizar no es para nadie un acto individual y aislado, sino profundamente
eclesial.
Segunda:
ningún evangelizador es el dueño absoluto de su acción evangelizadora, sino en
comunión con la Iglesia y sus Pastores.
67 El
Señor confía a los Apóstoles la función de anunciar la Palabra. Y los Doce han
enviado a su vez a sus sucesores que, en la línea apostólica, continúan
predicando la Buena Nueva.
El
Sucesor de Pedro, Obispos y Sacerdotes, Los religiosos, Los seglares, La
familia, Los jóvenes, Ministerios diversificados.
7. EL ESPÍRITU DE LA EVANGELIZACIÓN
75.
"Gracias al apoyo del Espíritu Santo, la Iglesia crece" (117).
El
es quien, hoy igual que en los comienzos de la Iglesia, actúa en cada
evangelizador que se deja poseer y conducir por El, y pone en los labios las
palabras que por sí solo no podría hallar, predisponiendo también el alma del
que escucha para hacerla abierta y acogedora de la Buena Nueva y del reino
anunciado.
Las técnicas de evangelización son buenas,
pero ni las más perfeccionadas podrían reemplazar la acción discreta del
Espíritu.
Puede
decirse que el Espíritu Santo es el agente principal de la evangelización: El
es quien impulsa a cada uno a anunciar el Evangelio y quien en lo hondo de las
conciencias hace aceptar y comprender la Palabra de salvación (118).
Testigos
auténticos.
¿Creéis
verdaderamente en lo que anunciáis? ¿Vivís lo que creéis? ¿Predicáis
verdaderamente lo que vivís?
79.
La obra de la evangelización supone, en el evangelizador, un amor fraternal
siempre creciente hacia aquellos a los que evangeliza (127).
María,
estrella de evangelización
82. En la mañana de Pentecostés, Ella presidió
con su oración el comienzo de la evangelización bajo el influjo del Espíritu
Santo. Sea Ella la estrella de la evangelización siempre renovada que la
Iglesia, dócil al mandato del Señor, debe promover y realizar, sobre todo en
estos tiempos difíciles y llenos de esperanza.
El aporte es muy enriquecedor y cuestionan te a la ves, leal, practico que nos compromete a hacerlo mas dinamico nuestra Evangelizacion, buscar nuevas maneras de Evangelizacion,
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